Un método poderoso contra el estrés

El estrés tiene una connotación negativa en nuestra sociedad pues lo asociamos a tensión, ansiedad, pero en realidad tiene dos partes: Euestrés , el estrés positivo, y Distrés, el estrés negativo.

Para hablar del Euestrés o estrés positivo citaremos que el Sistema Nervioso Autónomo tiene dos ramas: en una interviene el estrés y en otra la relajación, y ambas deben estar equilibradas. La primera interviene en los mecanismos de supervivencia, que tenemos todos los animales cuando nos enfrentamos ante un peligro y nos permiten salvar la vida. Cuando nos encontramos en una situación límite por la acción del Sistema Nervioso Simpático suceden una serie de reacciones inmediatas: aumenta el ritmo cardíaco y respiratorio, la presión arterial sube, se segregan sustancias químicas como adrenalina, cortisona o nor-adrenalina, que hacen que se tensen los músculos, sobre todo los brazos y las piernas, aumenta la glucosa en sangre, etc. Gracias a este mecanismo de supervivencia la persona o animal puede tener una reacción de huida o de lucha. En cambio la segunda rama está relacionada con el Sistema Nervioso Parasimpático, que es el que calma y relaja, es decir, el que permite que todas las constantes que se han activado vuelvan a la normalidad.

El Distrés es el estrés negativo que vivimos en nuestra sociedad: es el estrés emocional y mental. En este caso nuestro Sistema Nervioso Simpático también se activa pero no porque haya un peligro real sino por una amenaza que, en principio, sólo se haya en nuestra imaginación. Imaginamos que nos van a despedir, que no llegaremos a fin de mes, que van a entrar en casa a robar, etc. Y así se activa nuestro sistema de supervivencia. De hecho en un momento como el actual el Sistema Nervioso Simpático está funcionando constantemente. En cambio, al no haber un peligro real, el Sistema Nervioso Parasimpático no se activa para que podamos relajarnos y de esta manera nos sentimos siempre estresados. El objetivo es aprender a ponerlo en marcha.

Además vivimos rodeados de multitud de estímulos ambientales que hacen que el SN simpático esté funcionando siempre: ruidos, olores, estimulación de la visión, etc. Y cada día debemos compensar este estrés, por lo que el cuerpo se agota y pueden generarse multitud de enfermedades. También pueden aparecer dolores de cabeza, contracturas, ulceras, HTA, gastritis, taquicardia, infartos, irritabilidad, impaciencia, bulimia, pérdidas de memoria, insomnio y la capacidad de aprendizaje. Este distrés afecta a las relaciones personales y con los demás, y nos produce mucha irritación. Para que desaparezca debemos aprender a relajarnos.

La relajación surge de dentro, no se ha de buscar fuera. Se trata de aflojar, soltar, destensar. Es un estado natural y un estado de consciencia, como lo es la vigilia, el sueño con o sin ensueños, el coma y otros veintitantos tan bien definidos por la psiquiatría y la psicología.

El estado de relajación se encuentra entre el sueño y la vigilia por lo tanto, mientras dura, somos conscientes de lo que estamos haciendo. Durante la relajación nuestro cerebro emite ondas alfa mientras disminuye la actividad eléctrica. El estado de relajación es idóneo para reprogramar la mente. Podemos modificar los contenidos negativos de nuestro subconsciente y sustituirlos por otros positivos. Y eso se hace pronunciando una proposición positiva durante la relajación mediante la imaginación, pues todo lo que se hace en este estado de relajación llega a las profundidades de la mente. De esta manera a relajación es una poderosa vía de transformación de la mente.

Hay muchas técnicas y muchos niveles de profundización que nos sirven para llegar a este estado y activar el SN parasimpático. La relajación es una medida preventiva e higiénica estupenda para practicarla diariamente, pues aumenta el rendimiento de las personas en el trabajo, en la familia etc. Los beneficios de la relajación son infinitos. Permite aprovechar todo el potencial de la mente, potencia más el hemisferio derecho (creatividad, inteligencia, sensibilidad artística, etc.), nos permite vivir más el presente, ser más conscientes de nosotros mismos, facilita la creación de endorfinas, alivia el insomnio, y otras muchas cosas que se pueden experimentar…

La relajación forma parte de una clase de Yoga y se realiza generalmente al final, aunque a menudo se realizan sesiones enteras de relajación (Yoga Nidra). La postura ha de ser cómoda, normalmente estirados, aunque enseñamos a estar relajados en cualquier momento y postura. La respiración ha de ser calmada y regular, se utiliza la imaginación potenciando los sentidos internos y se pronuncia el Sankalpa o autoafirmación positiva, con autoconsciencia y en el presente para que sea como una semilla que se planta en el subconsciente y que ha de germinar. En la relajación lo soltamos todo para renacer a un estado interior, hacia un cuerpo flexible, hacia la armonía.

Mª Teresa Poch

MARINA ERRANDO